viernes, 28 de noviembre de 2008

LAS MIRADAS MAS PURAS


Por Ivanna Martin

Siempre me sentí conmovida por el contacto con los niños en el ejercicio de mi profesión. A decir verdad, no sólo en ella sino también en mi vida personal toda. Pero en mi camino periodístico podría decir que son sus miradas las que fueron marcando mis huellas. Por eso en algún momento, aunque no soy fotógrafa ni tengo pretensiones de serlo, comencé a captar sus ojitos con mi cámara porque, hasta ese entonces, sólo tenía cientas de miradas registradas en mi memoria. La idea de conservarlas de esta manera quizá me invadió simplemente por la posibilidad de volver a ellas cuando quisiera. Así fue y así es. Regreso seguido. Porque en cada una de ellas encuentro historias, realidades, vivencias intensas, anhelos. Porque es ahí donde contundentemente encuentro los motivos que son mi principal motor.

Esta humilde cruzada solidaria a la que tantos se han sumado y a la que, confío, se atreverán muchos más, es precisamente para ayudar a las miradas que no vemos, a las de los pequeños que por razones judiciales y porque están en riesgo no podemos mostrar. Con las miradas que vemos… por las que no podemos ver. Pero que están y que brillan con la misma intensidad, que reclaman con la misma amargura, que piden el mismo amor a gritos, que piden una vida más digna, un refugio mejor.

Por los niños de la Fundación Querubines, a quienes conocí uno por uno y me regalaron sonrisas y ojazos de todos los colores y tamaños y que esperan una mamá y un papá que los rescaten de las sombras del abismo y los lleven de la mano a volar alto, cerca de la felicidad.

Gracias a la solidaridad de mucha gente, de colegas y amigos, de particulares y empresas que comprenden que el don de dar está al alcance de todos, hoy es posible esta muestra.

A todos, inmensamente gracias.

MIRADAS QUE DUELEN



Por Miguel Clariá

Miran con inocencia, pero reflejan culpas ajenas.

Hay chicos que miran con dolor y hay chicos que duelen cuando miran.

Duelen porque esos ojos devienen espejo de castigos innecesarios, inexplicables, injustos.

Ojos de niños sin pelota ni muñecas, sin navidades ni cumpleaños, ojos que perforan, que transfieren culpas que no son de ellos.

La lente de Ivanna Martin da testimonio. Es una manera, de las mejores, de comenzar a trabajar con esa certeza instintiva de que una gota será indispensable para que se llenen todos los océanos.

Con la convicción de que si los ojos de un chiquito, de uno solo, comienzan a brillar con la alegría que les corresponde por ley natural, habrá un mundo mejor para todos.

OJAZOS DE AGUA


Por Rebeca Bortoletto

OJAZOS DE AGUA… BOCA DE CAPULLO donde asoman dos perlas…

Estás en el momento justo ¡no podemos perderte!

Hacen falta leche y fruta y papilla hecha por mami para que llegues fuerte. El camino es largo y hacen falta reservas.

No basta con quererte mucho, hace falta que tu mamá se entere. Que sepa lo importante de ponerte vacunas, del agua potable, del baño instalado.

Para que mamá lo sepa, tenemos que enseñarle. Y ella y sus amigas, armarán la red que permitirá que no se caiga un solo niñito más en Argentina.

Para que mamá lo sepa, tendremos que ir casa por casa, villa por villa, ENSEÑANDO A SER MAMIS a nuestras adolescentes.

OJAZOS DE AGUA... es imprescindible que ACUDAMOS.

UNA BOCA EFIMERA


Por Jorge Cuadrado

No me asomo igual que todo el mundo, ¿ves? Tengo el miedo, la desconfianza y la angustia impresos en mis ojos, estampados en mi boca. Porque de eso se trata mi boca, ¿ves?, de que algún sabor se quede pegado y permanezca ahí conmigo, como si fuera a quedarse siempre, como si fuera lo único que no voy a perder.

¿Retrataste eso?, ¿van a saber todos de qué me escondo o pasarán frente a mí, dirán dos cosas tristes y seguirán de largo?

De vez en cuando viene alguien así, y dice que va a venir más seguido y promete que las cosas no van a ser siempre iguales. Algunos hasta se animan y pasan la mano por mi cabeza y no pueden entender por qué me asusta el movimiento, si es sólo una caricia, dicen. Y después, con gestos de ternura pasajera, sacan un pañuelo, lo mojan, y apuntan a mi boca, y entonces sí tengo terror a que me quiten esa sensación cálida que ellos llaman sucia y a mí me sirve para recordar o pensar en un sueño.

¿Dónde estoy ahora, justo en el momento en que vas a dejar de mirarme o de leer, en que voy a convertirme en otro rostro entre tantos? Así de fugaz es mi vida, ¿ves?, un paisaje desde la ventanilla de un tren, una nueva imagen condenada al olvido.

TRES MIRADAS




Por Aldo "Lagarto" Guizzardi


1- Fuimos todos a la plaza acompañando a los grandes, sabíamos que llegaría el camión, ese con los señores del partido. Llegaban los comentarios del barrio vecino que la entrega era mezquina, que no era como otros años, que no había electrodomésticos, ni chapas, ni colchones.
Habíamos terminado las clases y se venían las fiestas, estábamos ansiosos por algún regalo, pero todo terminó rápido, una sirena comenzó a sonar y delante nuestro un patrullero que lentamente recorría la plaza dejaba ver, a través del vidrio, los rostros de los detenidos. Eran los mismos que el año pasado nos trajeron las zapatillas y las bicis. Dicen que en el barrio de al lado entregaban choris y unos tubitos de papel. Los vi pasar, creo que no los perdonaré.


2- Yo sé quién fue el que lo mató. Lo guardaré en secreto, creo que yo hubiese hecho lo mismo. Todos sabemos aquí lo que él hacía con la chica. Él fue el que la llevo a la ciudad cuando tenía 8 años. Volvió con 12 cumplidos que parecían el doble. Su cuerpo estaba allí, tirado, tapado apenas con papeles, nadie lloró, nadie vino por él. Yo sé quién fue el que la mató, lo guardaré en secreto.


3- No entiendo todo lo que dice, pero creo que está mintiendo. Nunca tuvimos agua, ni luz, ni transporte, ni trabajo. Sr., está mintiendo…

IMAGINAR SIN LIMITES


Por Lalo Freyre

Memoria de la felicidad. Esto es la infancia. Sólo en la niñez podés imaginar sin límites.

Que el canal de la Pirincha que se formaba después de cada aguacero era el Paraná caudaloso que se llevaba a nuestros transatlánticos de papel.

Que las ramas de fresnos, paraísos y eucaliptus de la plaza frente a Casa Gilardoni & Cía. eran los trapecios del gran circo de Moscú.

Que con la caja con herramientas de carpintero que traían los Reyes Magos alcanza y sobra para construir el arca de Noé.

Que con el revólver a cebita podíamos bajar de un tiro entre ceja y ceja al mismísimo campeón shortorn de la feria que cada año se hace cuando cae San Miguel, el santo patrono.

Que si le agregabas tres madejas de hilo pita a la estrella turbo diesel intercooler con flecos y bramadores… llegabas hasta la entrada de San Francisco.